Me emociona!

Con mi novio, César Augusto, iniciamos ésta semana el cursillo matrimonial. Me movió hasta las tripas un texto que nos dieron durante la charla, para meditar y tomarlo como oración de los dos...
Quise compartirla con ustedes, aquí les va:

SEÑOR, Dios Nuestro:
Estamos juntos,
y no queremos pedirte nada.

Hoy creemos que no necesitamos
pedirte nada,
porque nos hemos dado cuenta
de lo mucho que tenemos,
de lo ricos que somos.

Hoy, nosotros,
ésta parejita que Tú ves,
quiere darte gracias
por el simple hecho
de ser quienes son:
un muchacho y una chica
que se quieren,

que desean aprender
a mirarse a los ojos
y leer allí tu mensaje evangélico,

que no quieren sufrir solos
ni gozar solos,

que quieren construir
un mundo habitable
en el que se respire amor.

Un muchacho y una chica
que no quieren avergonzarse
de ser cristianos.

Que quieren aprender a rezar juntos.

Que viven la alegría
de que Tú seas el Dios que eres.

Señor, Dios nuestro:
Estamos juntos,
y no queremos pedirte nada.

O sí...
queremos pedirte
que jamás nos olvidemos
de darte gracias
por ser quienes somos:
dos jóvenes que algún día
dejarán de serlo,
pero sin envejecer...

ASÍ PIENSO... ASÍ SIENTO...